Menudo par de quesos... Barral por supuesto. Los mejores de Arzua.
En una noche veraniega, y ya con los 11 comensales listos, atacamos al menú.
Y así, entre bocado y bocado se contaron unas cuantas anécdotas baloncestisticas. Tonecho un crack.
Julián un perfecto cocinero... hasta los postres estaban al punto.
Hasta 3 delicias por probar. Carmen no daba cortado para tanto goloso.
¡¡¡ Un brindis por el Obra !!!
Y como no, una pachanga nocturna. Mucho matador había esa noche.
Y para acabar un concurso de tiro...
Corbacho no tendría nada que hacer ante tanta mano de seda.
Clase a la hora de lanzar que se gastaba esa noche.
Aunque alguno tenia una pinta un tanto "primitiva"... La noche dio para mucho.
Fue por ti, Obra. Para el año más, y mejor, esperemos.